Lo que nadie dice sobre el reciclaje de plástico

La utilización creciente del plástico.

Durante la pandemia por Covid-19 el uso del plástico se ha convertido en un problema de índole mayor que no podemos ignorar. Ya que la cantidad de desechos plásticos que se generan en los hogares ha aumentado un 10% desde marzo del 2020.

465 millones de toneladas de plástico se han fabricado durante el 2019 y la producción sigue aumentando desmedidamente sin alguna norma que la detenga. El plástico no solo genera un problema de manejo de residuos, sino que tiene un impacto catastrófico en nuestro bello hábitat. Según la Agencia Internacional de Energía, el plástico representará la mitad del crecimiento de la demanda mundial de petróleo para 2050.

Mitos actuales sobre el plástico.

Desde el año 2000 se ha producido una auténtica explosión mundial en la producción de plásticos. De todo el plástico que se ha generado (más de diez mil millones de toneladas al 2019), más de la mitad corresponde a las producciones de los últimos 20 años.

Tan solo en 2019, la producción anual de botellas desechables de la empresa refresquera más reconocida a nivel mundial ascendió a 167,000 botellas de plástico por minuto: lo que resultó en 88 mil millones de botellas anualmente.

En América Latina, como en otros lugares del mundo, la cantidad de residuos de envases de plástico está creciendo extraordinariamente: alrededor de 227 kilos anuales por persona, lo que es al menos un 20% más alto. Los plásticos constituyen un tercio de estos 227 kilos.

La mayoría de los gobiernos han comenzado a regular el uso de plástico, por ejemplo, prohibiendo los hisopos, los cubiertos desechables, los popotes o las bolsas de un solo uso. Y está es una estrategia en la que la gran mayoría de los establecimientos no siguen en forma cabal. En algunas ciudades, han prohibido la fabricación e importación de productos plásticos.

Sin embargo, una prohibición a menudo sólo significa que artículos como las bolsas de plástico no se pueden dar gratuitamente, o que las regulaciones únicamente se aplican a bolsas de plástico que ahora deban ser particularmente delgadas creando una falsa creencia en el consumidor ya que el ser delgadas no las hace biodegradables.

Simplemente se convierten en bolsas que se quiebran con mayor facilidad dando paso al aumento en el volumen de microplásticos los cuales nos afectan severamente ya que respiramos fácilmente estás partículas plásticas.

Durante demasiado tiempo, las personas hemos considerado que la basura que generan los desechos plásticos son un problema ajeno a ellas; como si se tratase de una problemática de otro mundo. Pero el plástico ya se encuentra flotando en grandes cantidades en todo el Océano Atlántico.

Incluso grandes potencias han logrado exportar más de 1 millón de toneladas de plástico a países en vías de desarrollo como África o Malasia.

Algunos de estos países del suroeste están manifestando un aumento en protestas contra la recepción de estos desperdicios plásticos originados en otras latitudes, y se encuentran creando leyes para enviarlos de regreso.

Mucha gente en este país asumen que el plástico que se desechan en el contenedor correcto se recicla por completo y regresa al mercado como plástico nuevo. Eso es incorrecto.

Menos del 16% de lo que se denomina “residuos posconsumo” -la cantidad total de productos plásticos que se desechan después de su uso- se convierte en material reciclado. Y solo el 8% de este material reciclado, una pequeña cantidad en general, es comparable al plástico nuevo. El resto es de calidad menor y representa menos del 3% de los productos plásticos producidos, ya que los fabricantes prefieren generar plástico nuevo.

Demasiados materiales compuestos dificultan la clasificación y el posterior reciclaje. Se necesita incentivar el diseño de productos que incorporen el concepto, el objetivo del reciclaje y la economía circular desde el principio. Para lograr resolver este tema. La meta debe ser crear productos que sean duraderos, reparables, reciclables y libres de sustancias tóxicas; estos deben ser los estándares para el diseño de productos contemporáneos.

Mientras los fabricantes de plásticos petroquímicos continúen expandiendo sistemáticamente su capacidad para producir más plástico, la búsqueda de alternativas para minimizar la crisis del plástico debería comenzar por ellos. Los productores de las industrias química, alimentaria y de envasado están eludiendo hábilmente su responsabilidad mientras que afirman que los consumidores son libres de decidir qué compran y cómo disponen de las cosas.

Este sector lleva a cabo una elaborada campaña de marketing para ejercer influencia sobre los responsables de la elaboración de políticas, lo cual termina manipulando las percepciones de la sociedad.

En sus mensajes destacan que el plástico es versátil, duradero, ligero e higiénico. Los fabricantes pasan la responsabilidad a las empresas de eliminación al afirmar que la crisis del plástico es principalmente una crisis de residuos.

Actualmente sufrimos una crisis de plástico.

Es vital la prevención del desperdicio, para que no surja en primer lugar.

Lo que falta son objetivos concretos y un cronograma de acciones. Deberíamos apuntar a un desperdicio cero siempre que sea posible. El consumo sin plástico es posible si buscamos decidida y activamente alternativas viables. Los cosméticos y artículos de tocador sin microplásticos deben introducirse lo antes posible, junto con una prohibición legal de los microplásticos como materia prima.

En cada etapa del ciclo de vida de los plásticos, la regla debería ser que todo aquel que produzca o venda plástico debería ser responsable de los daños de acuerdo con el principio de "quien contamina paga y debería ser responsable". Los elevados costos medioambientales, sanitarios y de limpieza deben finalmente reflejarse en el precio. El énfasis debe estar en hacer que los productores sean responsables de suministrar productos sin plástico. Asegurar que salga menos plástico al mercado y que se recicle correctamente debe ser su responsabilidad.

Clarity Perfect promueve una vida saludable y amigable con el medio ambiente, hagamos posible este cambio en el pensamiento para poder disfrutar de una vida más plena.